No soy consciente de mi existencia
y malgasto este sueño
acostado atrapando el horizonte
longuicuo como el cuerpo bello
de una amante bailarina
sumida también en el desastre.
Desastre que nos hace fumar
tizas encendidas
cuando el acordeonista loco
que todo lo ve alegre
se acerca a nosotros diciendo
que no hay nada más bello que vivir.
Pero ¿no es vivir esperar el desastre?
No comments:
Post a Comment